FUNDACIÓN ROMPE CON EL CICLO DE LA POBREZA
El modelo de ayuda de ‘yo creo en mí’ recibe apoyo de personas de Australia, Argentina, México, Irlanda, Inglaterra, Chile quienes apadrinan niños.
El viejo adagio regales el pescado, enseña a pescar es el nuevo modelo de la fundación ‘yo creo en mí’ que empieza a revolucionar la forma de brindar ayuda en el país. Además de nutrir los cuerpos de menores vulnerables, esta entidad está alimentando sus mentes y espíritus enseñándoles a ser líderes natos para que rompan con el ciclo de la pobreza.
‘Yo creo en mí’, es el nombre de esta organización creada en la zona rural de Roldanillo, donde pequeños que estaban destinados a abrazar la prostitución, sicariato, alcoholismo y afines destinos hermanos de la miseria, ahora son emprendedores con habilidad para liderar negocios de helados, pollos, lombricultura; hacer obras por su comunidad, y sobre todo, para administrar con sabiduría su existencia.
“Migramos del tradicional modelo asistencialista de dar de comer al hambriento, que hace dependiente a la gente, y evolucionamos a un modelo de liderazgo. Investigamos mucho, y concluimos que para que los niños salgan de la pobreza deben estar rodeados a diario con los siete hábitos de liderazgo, a través de películas, cuentos, juegos y proyectos diarios”, explicó Hugo Delgado, uno de los fundadores.
La pequeña gran líder
Aunque todos los niños son líderes de algo, para graduarse del líder ‘profesional’, cada menor de pasar tres niveles. El primero es el liderazgo de sí mismo, donde el chico aprende a autodeterminarse basado en principios y valores para que “no salga un Adolfo Hitler”, dijo Walter Velázquez, director de la fundación.
El segundo nivel es el liderazgo público, donde se aprende trabajar en equipo, a desarrollar sinergia, a saber escuchar y hablar en público. Finalmente, el muchacho debe haber pasado el liderazgo de ejecución, que consiste en conseguir resultados a nivel comunitario.
Con tan sólo 13 años, Yenny la chica que ha llegado este nivel, liderando 50 niños y adolescentes de la fundación. Su prueba de fuego consistió en detectar por sí sola la necesidad de transformar el parque Santa Rita, para lo cual movilizó a los 50 chicos, a otra organización que rehabilita muchachos con problemas de drogadicción, a la Junta de Acción Comunal; y gestionó recursos y guadañas con la alcaldía.
Consiguió que 60 personas las siguieran para limpiar, pintar y desmontar el parque, actividad a la que se le unió gente del común que estaba conmovida con la acción comunitaria.
“Venir aquí ha cambiado mucho mi forma de vivir. Antes mantenía en la calle sin propósito; el estudio me parecía aburridor, y tenía un grupito que me ayudaba para pelear con otros grupos. Ahora me siento otra. Ocupó el tercer puesto en mi salón, me gusta convivir con los niños y ya no soy grosera con mi mamá”, dijo la pequeña gran líder.
4 comentarios:
¡¡¡FELICIDADES!!!, espero que sigan redoblando esfuerzos, como dice un spot político aquí en Veracruz...¡y viene lo mejor!
Saludos y un abrazo para Ustedes bro´s que estan logrando esta Victoria para el Club!
Antonio Viveros
Felicidades Hugo!
Y a todos los que trabajan en la Fundación!
Y lo digo no porque sus éxitos y victorias en la Fundación surjan recién ahora, sino porque hace ya tiempo que van tomando tanta importancia y dimensión que se le está haciendo evidente a los ojos de la comunidad, y luego se hará evidente a los ojos de otras comunidades, personas que realmente quieren mejorar el nivel de vida de los pequeños que están marginados y cuyo futuro está tan comprometido. Es un gran ejemplo, y se está haciendo tan grande hasta que todos no puedan sino verlo, reconocerlo y adoptarlo.
Un abrazo!
Ernesto.
Me alegro que haya un reconocimiento al trabajo que realizan.
Saludos
Gran trabajo que realisan, son los pioneros los que observamos esperamos ser obreros de la gran obra de DIOS en latierra,con tantas dificultades que se pasan,ban ayudando y dando ejemplo de saqcrificio,la vendicion de los MAESTROS HACENDIDOS nos ilumine el caqmino.
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